lunes, 3 de diciembre de 2012

colores del otoño





"El oro cuelga de los árboles. El oro flota en el aire. El oro cruje bajo los pies. 
Un mar de oro por doquier.
Y esta estación, cuando las noches sordas arrebujan la tierra para un largo sueño, 
también se llama "la temporada de oro".
 
de "El enamorado de la Osa Mayor"
Sergiusz Piasecki
 
 
Como todos los otoños lluviosos, en Cuenca, estas dos últimas semanas he visto varias consultas de padres/madres asustados porque la orina de sus hij@s tenía "un color oscuro que parece sangre"

Con el otoño conquense viene la temporada de hongos y los níscalos tienen un colorante natural que se elimina vía renal (no es tóxico) que da un color entre anaranjado oscuro y marrón que, en ocasiones, puede confundirse con sangre en orina. 

Suele verse más en los niños porque, aunque coman la misma cantidad que un adulto, el "volumen de persona" en el que se distribuye el pigmento del níscalo es menor y también se distribuye en un menor volumen de orina por lo que es más visible en la orina de los niños que en la de los adultos.

Con esto no quiero decir que los niños no puedan comer níscalos. Se trata de un alimento que además de rico en sabor es rico en vitaminas del grupo B, vitamina C, fibra, ... (más aquí).

Hay otros ejemplos de alimentos que tiñen cosas. Uno son las galletas de marca Oreo que tienen un colorante (este artificial) que en algunos niños, cuando comen muchas, tiñen las heces de color negro-alquitrán. Otro ejemplo es el color de la piel anaranjado de algunos bebés rubios (en los morenos se ve peor) que comen mucha zanahoria o calabaza en los purés de verduras, los responsables son los carotenos de estos alimentos (es algo sólo estético y temporal).

En resumen, si el niño está bien, con buen estado general, no "le escuece al orinar" y ha comido muchos níscalos el día anterior, no hay que preocuparse y, en general, no es necesario hacer un "eurocultivo"como me dijo una abuela en la consulta (supongo que será la versión Europea, de Bruselas, de un urocultivo).
 
 
(y, como hace Forges en la esquina derecha de sus viñetas,
no me olvido de lo que está pasando este otoño, a nivel sanitario
 y en muchos otros aspectos, en Madrid
y aquí en Cuenca, pero hoy sólo va de colores)
 
 



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