La pasada semana se publicó el informe de Save the Children sobre pobreza infantil y educación muy poco tratado en los medios pese a su importancia, sobre todo para los que vivimos en Castilla-La Mancha.
Este informe, que está en la línea de los elaborados por Unicef y Cáritas, confirma los terribles datos de aumento de pobreza infantil en los últimos años en nuestra comunidad autónoma y la desigualdad territorial ya que no es lo mismo ser niño en una región que en otra:
- Castilla-La Mancha ocupa el segundo puesto en aumento de pobreza infantil en los últimos 5 años (tras Ceuta)
- Castilla-La Mancha es la tercera comunidad (tras Ceuta y Andalucía) con más población entre 0 y 17 años en situación de riesgo de pobreza o exclusión social.
- Castilla-La Mancha se encuentra en el llamado por este informe grupo de Comunidades Autónomas "divergentes" (lo forman, junto a la nuestra: Canarias, Murcia, Baleares y Asturias), comunidades que tienen unos niveles de equidad educativa bajos y unas políticas que se ocupan muy poco de este tema (ver la tabla). Esto lleva a una dinámica en la que cada vez es mayor la brecha que nos separa de las comunidades mejor posicionadas.
Para Save The Children, la actual cobertura del Derecho a la Educación en España no garantiza que los menores que proceden de familias con bajo nivel de recursos tengan oportunidad de salir de la exclusión social y este comentario es para España en su conjunto, no digamos si tomamos los datos de nuestra región como referencia...
La pobreza infantil es la más dañina, la que más inequidad provoca en la sociedad y mientras no se aborden estos problemas a través de políticas de inversión en la infancia seguirá la amenaza de que la pobreza infantil termine convirtiéndose en pobreza de por vida.
Estamos en año de elecciones y espero que este sea un tema prioritario para todos. Los niños no votan pero tienen padres, tíos, abuelos,...
Los terribles datos son los que son, y en políticas de infancia no se han hecho las cosas bien, que no nos intenten engañar
"La educación (y la pobreza infantil) no pueden dejarse al azar o abordarse
como si fuera el "piedra, papel o tijera"
en el que siempre alguien se queda fuera"