miércoles, 26 de agosto de 2015

El "malo" y el "bueno" que no lo eran tanto




Esta semana nos hemos enterado de que ni el colesterol "malo" es tan malo y de que tampoco el supuesto omega-3 "bueno" de los suplementos lo es tanto.


Según un artículo de la revista British Medical Journal (una de las más importantes revistas médicas del mundo) de este mes, un reciente meta-análisis realizado llega a la conclusión siguiente: "El consumo de grasas saturadas (que suelen ser de las malas de la película, aunque no todas las grasas saturadas son iguales) no tiene relación con la mortalidad total, ni con la mortalidad coronaria, ni con la mortalidad cardiovascular ni con la incidencia de cardiopatía isquémica ni con el ictus isquémico".

Ya hace un par de años la misma revista en otro meta-análisis sobre el consumo de huevos (una de las fuentes del colesterol) afirmaba que el consumo de un huevo al día no estaba relacionado con el riesgo de enfermedad coronaria ni con el de infarto cerebral.

Lo que sí que tiene relación con el aumento de la mortalidad son las famosas grasas trans de origen industrial. Estas se fabrican hidrogenando parcialmente grasas vegetales para hacer más atractivo el sabor, aumentar la duración y mejorar la  textura de productos industriales que las contienen como por ejemplo: pizzas congeladas, bollería industrial, palomitas para microondas, algunos helados,... Todo esto con el agravante de que según la normativa de etiquetado alimentaria en vigor las empresas no tienen obligación de indicar el porcentaje de estas grasas presente en sus productos.

Hay otros que no son "tan buenos" como parecían como los suplementos de omega-3 (se refieren a los suplementos, no a los que contienen los alimentos como pescados y nueces). Ayer mismo se publicaba en la revista JAMA un artículo en cuyas conclusiones nos resumen que no tienen el efecto sobre la función cognitiva que nos venden las casas que los fabrican.


Estos artículos no hablan de niños pero, ¿cuál podría ser la recomendación para una alimentación saludable de nuestros niños con estos datos?. Tenemos un "malo malísimo" que son las grasas trans, otro que no lo es tanto, las grasas saturadas y luego tenemos los suplementos de omega-3 que parece que no sirven para lo que nos venden.


En mi opinión parece que tendremos que recurrir a lo que ya sabemos (ya no me atrevo a usar lo de "sentido común", el concepto lo ha desgastado algún político de tanto usarlo...): evitar la obesidad en los niños, favorecer que hagan ejercicio físico (que hagan algún deporte o que simplemente salgan a jugar a la calle), no fumar (para que no sean fumadores pasivos  infantiles y que luego no fumen de mayores), evitar que coman productos industriales y/o procesados que puedan contener grasas trans... entre otras cosas.

Como dicen en un comentario del artículo del BMJ sobre las grasas saturadas: "El consejo final podría ser: unos hábitos saludables son la más poderosa medicina que hay. No precisan de receta y todos sus efectos son beneficiosos", el problema es que esto no da dinero a ninguna industria.



3 comentarios:

Pepe dijo...

Hola! Soy Pepe, un colega tuyo. Me gusta tu blog y es por eso que desde hace unos meses lo vengo incluyendo en mi ránquing "casero" que me ha dado por llamar #lalistadepepe. A los demás que están en la lista los aviso por twitter cada vez que aparece una nueva edición, pero ahí no te he sabido localizar.
Tienes toda la información en http://pediatria-pepe.blogspot.com.es/2015/09/tercera-entrega-de-lalistadepepe-v13_6.html y puedes contactar conmigo via twitter en @pepepediatre o en los diferentes medios de contacto que propongo en el blog: http://pediatria-pepe.blogspot.com.es/2015/09/tercera-entrega-de-lalistadepepe-v13_6.html
Espero que la iniciativa te parezca bien y seguir contando con tu presencia.
Un saludo!

Gloria Colli dijo...

Hola Guillermo. Me ha gustado mucho tu post. Yo también soy pediatra (y estoy en #lalistadepepe, que no veas como nos tiene, rascándonos las neuronas para publicar bien y pronto, jajaja)
Lo que dices sobre lo de usar el tan vapuleado "sentido común" es cierto, pero no hay que dejar de divulgar el mensaje, porque leer las etiquetas es un trabajo muy difícil, incluso cuando se sabe interpretar. Sino échale un vistazo a este artículo
http://www.carreraspopulares.com/revista/WR_RE01_ver_noticia_revista.asp?fr_cl_noticia=POQESVZEVEFDWEAPLYFO
Sin ir mas lejos, iba yo hoy dispuesta a comprar unas galletas de chocolate a mis hijos (que están en plena adolescencia, y un paquete de galletas que se pueden comer a la semana lo queman en nada) cuando me dió por mirar todos los ingredientes. Cuando llegue al aceite de palma dejé el paquete en el estante, dispuesta a hornear galletas, que se me dan muy bien.
Muchas gracias por tu aportación.

Guillermo el pediatra dijo...

Hola Gloria,

Es todo un lujo que comentes en el blog. Soy "fan" del tuyo desde hace tiempo.

Me parece muy bien que Pepe nos de "caña" y nos tenga "rascando las neuronas", para que no nos durmamos.

Me ha gustado mucho el enlace. Está muy bien lo de "el mejor consejo para leer etiquetas de alimentos es no comprar alimentos con etiquetas". Me lo apunto.

Un abrazo muy fuerte y gracias por comentar