miércoles, 23 de julio de 2014

Cuánta agua y qué agua




La primera pregunta se repite en verano y más en días calurosos: ¿hay que dar agua a los bebés?. Si está con lactancia materna no es necesario, en general, basta con poner más a menudo al pecho para que se le pase la sed. Cuando empiezan con otros alimentos se puede ofrecer si tienen sed, si no es así basta con el pecho.

La segunda pregunta: ¿qué agua hay que darle a los niños?: la respuesta es sencilla, aquí en nuestra ciudad, la del grifo.

Y con esto no me refiero sólo a los mayores, también a los bebés, para la preparación de biberones, para la comida,...

Afortunadamente en Cuenca y en España en general, tenemos un buen control sanitario del agua de consumo. Se deben cumplir, para que sea potable, una serie de criterios muy estrictos por lo que el agua del grifo puede usarse directamente para la preparación de biberones.

Cuando digo directamente me refiero a que NO hay que hervir el agua para preparar los biberones (altera el sabor del agua y concentra las sales de su composición). Tampoco hace falta hervir los biberones para limpiarlos, basta con lavar con agua y jabón usando un cepillo para llegar a todos los rincones (previo lavado de manos del limpiador, por supuesto).

Una vez que queda claro que el agua del grifo es la mejor opción, la más barata, de buena calidad, la más ecológica (evitamos envases y energía en el proceso) y con la que evitamos algunas otras cosas (como la presencia de ftalatos del plástico de los envases, por ejemplo) si a alguien no le gusta el sabor puede usar aguas envasadas y aquí no vale cualquiera (aunque de las  aguas minerales conquenses nos podemos fiar).

De las envasadas podríamos usar las calificadas de "mineralización débil". Nos tenemos que fijar en:
  • Sodio: que sea inferior a 20mg/l para los menores de 6 meses (un exceso de sodio -sal- sobrecarga los riñones). En Cuenca los niveles de sodio en el agua del grifo oscilan entre 1,4 y 3,3 mg/l
  • Flúor: menor de 0,3 mg/l en los menores de 1 año (un exceso de flúor deja manchas blancas en el esmalte de los dientes).
  • Calcio: entre 50-100 mg/l (En Cuenca el calcio en el agua del grifo oscila entre 79,6 y 81,6 mg/l.  y no es malo salvo que se tengan problemas de cálculos renales previos, algo muy raro en los niños).
  • Nitratos: menores de 25 mg/l 
Aquí tenéis un listado de los distintos tipos de aguas a la venta y su composición y las que se pueden usar para la alimentación de bebés.



Más información:

- AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria), página de Familia y Salud
- Recomendaciones sobre el agua en los niños que toman lactancia materna de la AEP en la página EnFamilia
- Artículo de la revista Famiped .
Informe de la OCU de octubre de 2013 sobre aguas envasadas
- Informe de FACUA sobre precio de agua de consumo en distintas ciudades (y aquí Cuenca no sale bien parada).
- Sobre la prohibición de venta de agua embotellada en San Francisco en marzo de este año para evitar el exceso de envases contaminantes.

jueves, 10 de julio de 2014

Esas "manchas blancas" que vuelven en verano





Hay cosas que se repiten todos los años en la consulta: las alergias en sus distintas modalidades de pólenes estacionales, la gripe a finales de otoño/comienzo de invierno, los "terribles" mocos por septiembre al comienzo de las guarderías,...

Y hay unas manchas blancas que aparecen en algunos niños en las mejillas, frente, cuello y/o brazos todos los años por estas fechas cuando los niños ya han estado en la piscina y/o la playa y se han puesto morenos. Me refiero a la pitiriasis alba, también llamada por los abuelos "empeines", "impedines",...y no, no se trata de hongos.


La pitiriasis alba es un tipo de eccema leve (se ve más en niños con antecedentes de dermatitis), la piel está seca y tiende a descamarse muy levemente (pityr- viene del griego y significa salvado, la cáscara del grano que debe de ser muy parecido a la descamación leve del cuadro). No pica, no duele, no molesta, evidentemente no se contagia,... sólo se ve y se nota ahora, cuando el niño ha tomado el sol porque la zona blanca destaca sobre el fondo de piel que se ha puesto moreno. Por esto es más frecuente niños de piel más oscura, en los rubios destaca menos.

¿Cómo se trata?: hidratando la piel sobre todo tras la ducha y usando jabones no irritantes para pieles atópicas. Recordad la fotoprotección para toda la piel del niño pero sobre todo para las zonas afectadas que son más claras y se queman más fácilmente. Paciencia porque el color tarda en volver pues los melanocitos (las células "encargadas del moreno") que faltan en la zona blanca tardan meses en recuperarse.

¿Cuándo desaparece?: Más o menos a mediados de octubre cuando la piel de alrededor de lo "blanco" pierda el moreno. Eso sí, el año que viene es posible que vuelva a aparecer (tranquilos que suele desaparecer en la adolescencia, como muchas cosas, aunque hay otras que aparecen...).


En resumen, tranquilidad y como dice la wikipedia "el tratamiento consiste inicialmente en convencer al paciente de que la enfermedad es benigna y autolimitada ya que hasta ahora, ninguna terapia es completamente exitosa".


Más información:

- En los dos blog de referencia en dermatología a nivel nacional: "Dermapixel" y "Dermatología y más cosas"



miércoles, 2 de julio de 2014

Menos niños y más pobres






"Los datos, en sí mismos, no cambian el mundo.
Pero posibilitan el cambio, pues ayudan a detectar las necesidades, impulsar las labores de promoción y evaluar los progresos.
Lo más importante es que los responsables de tomar decisiones utilicen los datos para lograr cambios positivos,
y que los niños y la sociedad tengan acceso a ellos para pedir cuentas a los garantes de sus derechos"

UNICEF, Estado Mundial de la  Infancia 2014



Cuando las declaraciones de nuestros gobernantes oscilan entre lo absurdo y lo cruel encontrarse informes como este de Unicef cargado de sentido común y fundamentado de manera muy rigurosa supone todo un toque de atención a los anteriores y un soplo de esperanza y aire fresco a todos los demás.

Unicef publica un informe cada dos años sobre el estado de la infancia en España. Desde el anterior, publicado en 2012 (titulado "El impacto de la crisis en los niños"), las cosas no han hecho más que empeorar en prácticamente todos los indicadores analizados.

Los datos 2013 hablan por sí solos: 2.306.000 niños bajo el umbral de la pobreza (el 27,5% del total), el número de hogares en los que todos los adultos están sin trabajo ha crecido un ¡290%! desde 2007, disminución de la natalidad... En resumen: menos niños y más pobres. 

La situación en Castilla-La Mancha es incluso peor que la media nacional. Y como se dice textualmente en una de las frases el informe:"La pobreza infantil es un significativo indicador de en qué medida el Estado y la sociedad están protegiendo -o no- a los niños y garantizando sus derechos y su igualdad de oportunidades".

Por ello se pide un Pacto de Estado Social y Político por la infancia similar a los Pactos de Toledo firmados hace años en lo referente a las pensiones. 

Como padres, pediatras y ciudadanos sensibles a este problema tenemos la obligación de recordar a quienes tienen la posibilidad de cambiar las cosas que lo que está pasando no es algo inevitable y que se trata de una  emergencia y una prioridad de primer orden.

Os recomiendo la lectura del informe, son 40 páginas de descripción de la situación, 23 de gráficos  y 7 de referencias bibliográficas que se leen de un tirón, llenas de inteligencia y sensibilidad.



"Que en el ideario social o cultural se instale la percepción de que los niños molestan, de que en la crianza de los hijos e hijas no sólo no hay un reconocimiento social sino un castigo en forma de pobreza, obstáculos a la carrera profesional, discriminación de género y sobrecarga de responsabilidades,es enormemente arriesgado.

Como también lo es que se instale la idea de que la pobreza de los niños o sus resultados educativos son responsabilidad exclusiva de la familia o del propio niño, de que la igualdad de oportunidades es algo sólo importante cuando hay recursos o que la inversión en la infancia sea considerada una carga para las cuentas públicas  que en tiempo de crisis es un lujo prescindible"