miércoles, 5 de diciembre de 2018

Urgencias de verdad y otras... no tanto


Sala de espera de urgencias/consulta de pediatría próximo a un puente de la Constitución 



Ya está aquí el puente de la Constitución y pronto las Navidades. En estas fechas invernales, y sobre todo los festivos, aumenta la asistencia "urgente" a la consulta de primaria y también a los distintos servicios de urgencias .


Pero, ¿está esto justificado?



La población española cada vez va más a urgencias según nos indican los datos de la Encuesta Nacional de Salud De España de 2017 del Ministerio de Sanidad y los niños son los que más van: a la mitad de los niños de 0 a 4 años y a uno de cada tres de entre 5 y 14 años los han llevado a un servicio de urgencias en el último año (¡más que a los ancianos!).


En el mismo documento se observa que lo mismo que aumenta la frecuentación de los servicios de urgencias año a año, no aumenta en absoluto el número de ingresos. Los niños son, de hecho, de los que menos ingresan.


Es decir, los niños están cada vez más sanos pero los llevan cada año más a urgencias.



¿En qué situaciones SÍ que habría que ir a urgencias con vuestros hijos? (de aquí)

  • Fiebre en un bebé menor de 3 meses. En este caso, un bebé siempre debe ser valorado lo antes posible.
  • Vómitos repetidos y no tolera ningún líquido en cantidades pequeñas pero frecuentes.
  • Ante una diarrea abundante con afectación del estado general.
  • Convulsiones (no confundir con temblores) o pérdida de conciencia.
  • Si tras un golpe en la cabeza, hay una pérdida de conciencia o tiene vómitos o una conducta no habitual.
  • Si a una fiebre alta le acompaña dolor de cabeza intenso, vómitos o manchas de color rojo oscuro que no desaparecen al apretar con el dedo (petequias).
  • En caso de dolor abdominal localizado cerca de la ingle derecha o abdomen muy duro e hinchado. También si hay dolor testicular.
  • Si le cuesta respirar (si respira muy rápido, si se le marcan las costillas al respirar).
  • Si en caso de un traumatismo en miembros presenta una deformidad, hinchazón importante, rojez y calor o mucho dolor a pesar de haber dado tratamiento adecuado.
  • Ante cualquier dolor (oídos, cabeza, abdominal, garganta…) que sigue a pesar del tratamiento adecuado (analgésicos).
  • Niños con enfermedades de base (cardiopatías, diabetes, asma grave, cáncer…) que presenten un empeoramiento de su situación basal.
  • Ante la ingestión de alguna sustancia tóxica (en este caso es importante acudir a urgencias lo antes posible).
  • Ante una sospecha de atragantamiento.
  • En caso de reacciones alérgicas con lesiones en la piel, hinchazón de labios, ojos, lengua y sobre todo si les cuesta respirar, tienen afonía, vómitos, mareo, decaimiento, pérdida de conciencia.
  • Ante un recién nacido que se encuentra distinto de lo habitual: rechaza las tomas, está decaído, llanto persistente, mal color…


Una urgencia es una situación de enfermedad o un accidente que pone en riesgo inmediato la vida. Esta es la razón por la que deberíais llevar a vuestros hijos a un servicio de urgencias. 

El resto de situaciones pueden esperar, con su cita correspondiente, a la consulta del Centro de Salud. Los Pediatras de Atención Primaria somos los que mejor sabemos cuándo están vuestros hijos malos de verdad, los que evitamos la realización de pruebas complementarias innecesarias no siempre inocuas (analíticas, radiografías,...), los que evitamos administración de medicamentos innecesarios (estos siempre perjudiciales), etc...

La razón es bien sencilla: porque los conocemos mejor que los médicos que os van a atender puntualmente en un servicio de urgencias.



Cuando se trate de una urgencia, de las de verdad, todos querremos que la médica (digo médica porque la probabilidad de que lo sea es mayor) que nos atienda esté descansada para que haga su trabajo lo mejor posible.


Usemos bien las urgencias por el bien de todos.



Más información:
- Más razones para no ir a urgencias en una entrada antigua del blog.
- Para recordar lo que NO es pediatría de atención primaria, en el blog del pediatra Pepe Serrano.

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